Hace un par de semanas adaptado.es visitó la feria Internacional REHACARE celebrada en Dusseldorf (Alemania). Fueron pocas las novedades presentadas en la feria, provocado probablemente por la crisis que se está viviendo a nivel mundial. Pero algo nos llamó poderosamente la atención. Se trata de este brazo robótico que os presentamos de la mano de Kinova.
Han sido muchos los motivos por los que podríamos calificar esta ayuda técnica como uno de los mayores avances que hemos podido probar en mucho tiempo. Por un lado, tras haberlo probado nos hemos quedado totalmente impactados de la facilidad de uso y lo logrado que está su manejo. Y por otro lado, se nos ponen los pelos de punta pensar lo que puede suponer este “brazo” a una persona con ausencia de movimiento en sus extremidades.
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Estamos ante un brazo robótico construido en fibra de carbono. Nada más verlo nos llamo mucho la atención su buen acabado y la naturalidad de movimientos que tenía. Hemos visto ya varios brazos de este tipo cuyos movimientos se asemejan a una pequeña grúa, moviendo cada articulación por separado. Sin embargo, este brazo de nombre Jaco nos dejó bastante impresionados con sus movimientos.
El movimiento del brazo es posible gracias a sus 6 articulaciones cada una de las cuales tiene una rotación infinita para conseguir los movimientos que hagan falta. Al final del brazo tiene una mano con tres dedos móviles recubiertos de un material antideslizante que como se puede ver en los videos nos permite coger objetos con gran precisión.
El peso del brazo es de tan solo 5 Kg. y es capaz de coger objetos de hasta 1.5 Kg. Puede alcanzar objetos a una distancia de casi un metro (0.9 m para ser exactos)
Todo el control del brazo se hace mediante un joystick y 7 botones. Destacar que el control del brazo puede ser integrado en el propio joystick de la silla por lo que las posibilidades son enormes. Por poner un ejemplo, se podría instalar en un lado de la silla, alimentar el brazo con la propia batería de la silla y controlarlo con el mismo joystick con el que conducimos la silla. Por si esto fuera poco, actualmente el robot se entrega con una API para que un posible desarrollador pueda realizar configuraciones avanzadas e incluso la programación de movimientos automáticos.
Tuvimos la ocasión de hablar con Charles Deguire, presidente de Kinova, la compañía creadora de este robot. Él mismo estaba haciendo demostraciones del brazo y nos permitió que nosotros mismos lo probáramos. Tras la prueba, puedo decir con rotundidad que se trata de la adaptación más brutal que hemos probado teniendo en cuenta tanto la tecnología que emplea como lo que puede suponer para una persona que no pueda mover los brazos. Lo que hace diferente a este robot, es que digamos nosotros con el joystick decimos a donde queremos que vaya la mano. Y el robot calcula los movimientos necesarios de sus articulaciones para llegar a la posición deseada. Con los movimientos del joystick controlamos en el plano horizontal a donde queremos que vaya la mano. En la interfaz que nosotros probamos, girando la palanca del joystick sobre si mismo bajábamos/subíamos la mano. Y mediante la pulsación de los distintos botones girábamos la muñeca y abríamos/cerrábamos dedos. Es impresionante la facilidad de uso y en pocos minutos fuimos capaces de echar agua en una botella, coger una pajita de un vaso lleno de pajitas (lo cual nos dio una idea de la precisión que podemos conseguir), poner la pajita en el vaso para posteriormente coger el vaso y acercarlo a nuestra boca para beber. ¡IMPRESIONANTE!.
El brazo puede ser colocado en una mesa o integrado en la propia silla de ruedas como comentábamos, lo cual vemos que es la solución más apropiada. De este modo, como podemos ver en los videos personas con grandes problemas de movilidad ganan una autonomía jamás imaginada. Desde poder abrir una nevera para coger algo, coger un teléfono, accionar un pulsador, etc. etc.
Algo que también nos gustó mucho es el control de los dedos. Posee un sistema que aplica la presión necesaria al objeto para poder cogerlo o manipularlo sin peligro y con total seguridad. Cuando cerramos los dedos de la mano por tanto no nos tenemos que preocupar de si aplicamos demasiada presión ya que los dedos aplicarán la presión exacta.
Muchos se preguntarán ahora por el precio de este brazo robótico. Pues bien, la versión “educativa” que se entrega con la API para que se puedan ampliar funciones y realizar estudios del robot se vende por un precio de 42.000 euros. Es un precio sin duda muy elevado para un usuario particular, pero también es cierto que lo que le puede cambiar la vida a una persona con este robot no tiene precio. Aquí se nos plantea un debate enorme. Nadie se plantea si una operación de neurocirugía para reconstruir un brazo, que seguro que incluso podría ser más cara que este brazo robótico, se debe pagar o no. Sin embargo, son pocos los países que costean a un usuario una ayuda con un coste tan elevado como el que estamos hablando. Y al fin y al cabo, esta ayuda técnica puede suponer a una persona un total cambio de vida en cuanto a autonomía personal se refiere. Se trata de un tema en el que nos podríamos extender mucho más, pero simplemente queremos lanzar esta reflexión ante este tipo de ayudas.
Tras conocer este robot de Kinova, cada día tenemos más seguro que la robótica es el futuro más cercano que tenemos las personas con movilidad reducida. Ojalá desde adaptado.es tengamos ocasión de presentaros muchos más productos tan revolucionarios como este brazo robótica.