Tras los estragos de las Navidades los bolsillos se resienten, y nos acordamos de todos los gastos: los recibos, las hipotecas, las compras? A todos nos cuesta esfuerzo subir una cuesta, pero si vas en silla de ruedas, más.
Porque además de los gastos ordinarios que todos tenemos, hay otros gastos extraordinarios que una persona con discapacidad debe realizar para mantener el mismo nivel de vida que otra sin discapacidad en las mismas circunstancias.