Para Sam Schmidt, ex piloto de IndyCar, el 22 de mayo de 2016 será un día inolvidable. 15 años después del accidente que le dejó tetrapléjico mientras realizaba unos test para la liga Indy en el circuito Walt Disney World Speedway, Sam ha conseguido alcanzar nada menos que 244 km/h en el circuito de Indianápolis conduciendo él mismo un vehículo especialmente preparado.
Tras varios años de pruebas y desarrollos, Arrow Electronics ha conseguido que Sam haya vuelto a controlar un vehículo por si mismo. Un vehículo cuya transformación permite que sea conducido con simples movimientos de cabeza. Esta adaptación sobre el Corvette Z06 es una evolución sobre el primer vehículo que desarrolló Arrow en el 2014 y que ya permitió alcanzar a Sam la nada despreciable velocidad de 170 km/h.
El nuevo desarrollo ha sido posible gracias a la colaboración de Arrow Electronics, el equipo de competición Schmidt Peterson Motorsports, la asociación Conquer Paralysis Now y Paravan, conocido fabricante europeo de adaptaciones de vehículos (y creador del sistema de conducción por joystick Space Drive del que os hemos hablado en varias ocasiones). Con todos estos socios se ha desarrollado un sistema impresionante para que Sam Schmidt volviera a conducir en un circuito.
El conductor lleva una gorra con ocho sensores infrarrojos. Dentro del coche, hay cuatro cámaras apuntando al piloto que recogen todos los movimientos de su cabeza en tiempo real y lo trasladan al movimiento de la dirección del vehículo. De este modo Sam puede girar y ha podido completar vueltas al circuito manejando la dirección con tan sólo movimientos de su cabeza.
Para el acelerador, en la primera versión el conductor apretaba un sensor en el reposacabezas que iba gradualmente incrementando la velocidad en 10 millas por hora. Sin embargo en la actualidad Sam puede manejar el acelerador con mucha más precisión gracias a un sistema de soplido que capta con mucha precisión la presión de aire que aplica el conductor con la boca.
Para actuar sobre el freno se utiliza el mismo sistema de soplido pero creando una presión negativa de aire, es decir, inspirando aire.
El Corvette también ha sido equipado con un sistema de seguridad GPS. En todo momento se monitoriza la situación del vehículo en el circuito y si se acercara demasiado a los bordes de la pista, un sistema automático tomaría el control del vehículo.
A este vehículo y proyecto lo han llamado SAM, siglas de “semi autonomous motorcar”. Podéis obtener más información sobre este proyecto en http://arrow.com/SAM/
Este tipo de proyectos sin duda sirven para seguir avanzando en el desarrollo de todo tipo de adaptaciones que permitan conducir a personas con movilidad reducida. No hay que olvidar que además Sam Schmidt es uno de los actuales socios de Braun Ability (braunability.com), empresa americana líder en transformación de vehículos para personas con discapacidad.